miércoles, 12 de diciembre de 2007

CO2 EN LA ATMOSFERA PRIMITIVA

Nuestro conocimiento de que el dióxido de carbono tiene un efecto de calentamiento global en la atmósfera es relativamente reciente. Sin embargo, los científicos creen que este gas invernadero ha estado haciendo lo mismo durante miles de millones de años.

(NC&T) Jay Kaufman, de la University of Maryland, y Shuhai Xiao, del Virginia Polytechnic Institute, ambos geólogos, han obtenido pruebas de la edad del ciclo de Calvin, el ciclo fotosintético por el cual las plantas convierten la luz solar y el CO2 en tejidos celulares.

Utilizando muestran obtenidas de fósiles individuales de un antiguo pariente de las algas, los dos científicos han conseguido las primeras estimaciones de la concentración de CO2 en la atmósfera hace unos 1.400 millones de años. Su estudio demuestra que dicha concentración era entre 10 y 200 veces superior a los niveles actuales. El gas, por tanto, jugaba un papel crucial en el mantenimiento de una temperatura alta en la Tierra, y probablemente dominaba sobre otro gas invernadero, el metano, después de que la atmósfera y los océanos se oxigenaran hace entre 2.000 y 2.200 millones de años.

En aquella época, el Sol no era tan luminoso como ahora, así que proporcionaba mucha menos luz y calor. Para evitar que los océanos se congelaran, y para lograr que la Tierra se mantuviera lo bastante caliente, era necesario más gas invernadero que ahora.

El período de tiempo examinado por Kaufman y Xiao, el Proterozoico, se inició hace 2.500 millones de años y finalizó hace 543 millones de años. Los investigadores creen que los sucesos más importantes de la historia evolutiva de nuestro planeta ocurrieron en esta época, incluyendo la aparición de abundantes organismos vivos (probablemente uni y multicelulares) y el aumento de la presencia de oxígeno en la atmósfera.

La Dictyosphaera delicata era una planta microscópica que vivía en aquellos océanos, a finales del período Proterozoico, y no era mucho mayor que el punto de una letra “i”. Para estimar los niveles del CO2 atmosférico, Kaufman y Xiao midieron la proporción de dos diferentes isótopos de carbono presentes en los microfósiles de dicha planta. Utilizaron para ello espectrómetro muy preciso.


Toon dijo que la premisa de que la Tierra primitiva tuvo por largo tiempo, después de su formación, una atmósfera dominada por el CO2, ha hecho que muchos científicos buscaran claves del origen de la vida en los conductos hidrotermales submarinos, en los manantiales de agua caliente, o en las moléculas orgánicas llegadas a la Tierra desde el espacio a través de meteoritos o polvo espacial. El equipo concluye que aún si las concentraciones de CO2 fueron grandes, las concentraciones de hidrógeno habrían sido aún mayores. “En ese caso, la producción de compuestos orgánicos con la ayuda de descargas eléctricas o de reacciones fotoquímicas podrían haber sido eficientes”, dijo Toon.

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